Tal y como andan de revueltas las aguas en el proceloso océano informático, y a la espera de la necesaria e inminente evolución de los sistemas operativos hacia mínimos comunes estables basados en Código abierto, al estilo de la generalización que Java ha traído al mundo de la telefonía móvil… los sufridos y despistados usuarios medios nos encontramos ahora mismo en una encrucijada de valores y precios:
Por un lado, siempre habrá quien prefiera pilotar un Ferrari y no quiera ir por las mismas autopistas que los demás, llenas de multas, semáforos y otros viandantes torpes, y preferirán la exclusividad del software propietario de Apple. Que Dios les conserve su cuenta corriente. Yo no soy de esos, no he pagado ni pagaré por la exclusividad en este turbio mundo de los kilobytes donde la renovación de hard y soft es vertiginosa.
La segunda opción y la más interesante (a mi modo de ver) es la mejoría de los sistemas Linux, totalmente gratuitos y que han pasado en muy poco tiempo de ser un galimatías lleno de líneas de código indescifrables, a ser sistemas operativos fiables y con una interfaz gráfica intuitiva y amable, elásticos y tan completos como hábil sea su usuario, y que se pueden instalar y configurar sin tener ni idea previamente. Y lo mejor de todo es que están vivos y las mejoras y actualizaciones son casi diarias, amén de incoporar otras virguerías como el cubo de escritorio o los “docks” de iconos al más puro estilo Apple. Nunca podré entender por qué la gente sigue pagando por el software cuando existe esta solución. Pero ese es otro tema.
Y la tercera opción, a menudo la única que nos dan los vendedores, es unirse a lo “teóricamente sencillo” y pagar por un sistema Windows que muchas veces no nos dejan elegir porque viene con el equipo e incluído en el precio; y ésta es la que nos ocupa hoy: El puto Vista y las filosofías militares de Microsoft de las que existen múltiples casos de denuncias por monopolio y políticas mafiosas para colarles sus productos de pago a países en desarrollo o administraciones públicas, por citar algunos casos de entornos donde sería lo lógico usar software libre, pero curiosamente, NUNCA se usa… y que son la otra cara de la moneda, en contraposición a los servidores de internet (Apache), las grandes corporaciones (Sun, Solaris, etc) y otros entornos empresariales donde sí se “mira la pasta” y no aparece ni un sólo ordenador ni terminal con el logo de la ventanita tetracolor.
Otro de los motivos por los que nunca bendeciré el “Microsoft way of life” es precisamente que nos cobran (por todo si vamos por la legal) y NO NOS VENDEN UN PRODUCTO ACABADO QUE FUNCIONE como sí hace Apple. Y a ver quién me lo niega. Las evoluciones de los S.O. de Microsoft se hacen a golpe de queja del usuario, en interminables revisiones y Service Packs, por lo que cuando sale el producto a la calle, éste es tan rematadamente malo y poco evolucionado, que incluye, en el colmo de la mala fabricación, la posibilidad de involucionarlo a su predecesor, el sufrido XP. Todo ello, amén de obligarnos a mejorar el hardware del ordenador para hacerlo más potente, cuando no a deshacernos de otros componentes que directamente no funcionarán jamás debido a la ausencia de soporte o drivers.
Pero claro, alguna ventaja tendrá, ¿no?. Indudablemente. La interfaz gráfica ha mejorado, es más agradable y vistoso, el sistema de gestión de ventas es…. ¿cómodo? (está a una galaxia de distancia de Leopard o Compiz Fusion), y creo que hace un par de pariditas más como previsualizar miniaturas de las ventanas al ponerles el ratón encima o transparentarlas (igualito que Linux, oiga).
Y aquí se acaban las ventajas, porque a mí no me venden lo de las búsquedas… no paso por esa, que existe Google Desktop desde hace años ya para suplir un apartado en el que los sistemas de Redmond fallaban estrepitosamente al compararlos con cualquier otro. Por no hablar de lo realmente importante y exigible en un S.O.: la estabilidad y “que funcione”, que es precisamente donde más pecados comete Vista. Ah! Y me olvidaba ya de que para colmo de males viene peladito en software, o si lo queremos hay que pagarlo, con lo que se nos puede incluso duplicar el precio de la máquina si somos exigentes con nuestro pc.
Así pues, e intentando tener todo esto en cuenta, he seguido el consejo de la revista PC Actual, que allá por el mes de septiembre ya nos presentaba el paso lógico si queremos disfrutar de la actual estabilidad de XP o simplemente de nuestros conocimientos como usuarios de XP, sin renunciar a la vistosidad y a estas citadas “nuevas” características de Vista:
La “Vistamización”, o el proceso consistente en tunear tu Windows XP con un programita gratuito que podréis encontrar en este enlace, y que mejorará mucho el entorno gráfico güindousero sin necesidad de que hagáis la “migración” a Vista.
Mi experiencia hasta el momento me dice que salvo algún que otro fallito con un subprograma llamado “Winflip” (que creo que se debe a la combinación con la gráfica Nvidia 256, porque en el portátil no aparecen), la cosa va bastante bien y desde luego, mi XP se ve mucho más rejuvenecido y guapetón y sobre todo… ¡¡¡Funcionan todos los programas y drivers!!!. Eso sí, hace falta un poquito de máquina, con 512 de RAM la respuesta a las órdenes no es todo lo fluida que se desearía… pero al fin y al cabo, el que no tenga máquina, que no se apunte a la carrera, exactamente igual que nos pasaría con Vista, Linux (algo menos) o cualquier otro S.O. actual.