En el pasado, transitaba éste puente. Lo traigo desde las paredes de Zotz -un restaurante muy ecléctico- en Santa Rosa de Copán. Aquí podemos ver el estado en que se quedó tras un aguacero de verdad -probablemente un huracán- en algún momento indefinido hace unas cuantas décadas:
Lo que realmente me llama la atención -Ni el puente ni el huracán son algo extraño- es la reacción de la gente, que incluso con toda esa cantidad de agua circulando poderosa... se subían al puente "A ver si se caía o no". Porque la verdad, no se me ocurre otro motivo, a no ser para salir en la foto.