¿Cuantas veces la idea más simple es la mejor? Hoy leía ésta noticia en la que se da cobertura a una idea de Cayo Lara, actual coordinador de Izquierda Unida ¡Siguen vivos!, que me ha parecido no ya una buena idea, sino que con los matices legales necesarios, sería la solución perfecta para que aflore el dinero negro en la zona Euro, y sobre todo en España (donde está el 26% de dicho total de dinero mangoneado y que ni circula ni tributa). Ahí va la perla:
¿Por qué no cambiamos el formato -el color, simplemente- de los billetes "Bin Landen" (los de 500 €), e imponemos la obligatoriedad de cambiarlos en entidades bancarias, con nombre y apellidos? Quien los tiene legalmente... ningún problema. El estafador, el prevaridador, el político corrupto y el constructor ladrón... tendrían mucho que explicar, y directamente, pondrían en circulación toda esa liquidez que, según nos cuentan los analistas, sería la solución para engrosar las arcas estatales (de todos), y desintoxicarse de los famosos "activos basura".
¿Y sabéis cual es el problema de esta solución, y que hará que nunca se adopte? Pues aparte de que proviene de quienes reconocen abiertamente tener un pensamiento político progresista y de izquierdas... que perjudicaría a los que tienen la pasta negra, que son en muchos casos, los mismos que hacen las leyes... o sus amiguitos: los que les pagan el sueldo a aquellos.
Porca miseria.
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