Aquí, con mamá, que aún sufre las consecuencias del parto y se está "librando" como dijo el hombre:
Éstos sí que son pequeños milagros... y no que España pase de cuartos en una competición internacional.
Vale, que el precio de los carburantes es abusivo. Vale que el Gobierno, y no sólo éste, sino todos los Gobiernos españoles desde el 78 --Aquí haré un inciso (no para defender al actual Gobierno, sino porque me empieza a molestar la actitud de la derecha española, sobre todo la de la calle más que la alta política, culpandoles de esta carestía) para comentar que
Y es que según lo veo yo, ya podemos hacer una huega general indefinida y colapsar el país hasta volver a la edad de piedra, que les importará un pito a los más directos culpables de estas subidas: las petroleras y los Estados chuleados por éstas. Y es que hay ciertos axiomas que no cambiarán, y que son verdades catedralicias:
Vamos a seguir dependiendo del petróleo hasta que éste se acabe, o casi. Que sí. Que los mismos que nos lo venden son los que tienen los medios para que no dependamos de él. Las petroleras tienen las patentes de todos aquellos avances que nos permitirían no depender del petróleo, lo sabemos todos. Las petroleras tienen sus raíces tan profundamente introducidas en las otras energías, la industria, la política y la economía a escala mundial, que por triste que resulte reconocerlo, influye más en el precio del combustible el nuevo Rolls de oro de un jeque árabe que el hambre de un país. Influye más la avaricia de los accionistas judíos de un lobby petrolero de Wall Street que las necesidades de millones de personas o la ecología a escala planetaria (mirad sino cómo obran quienes mandan en los USA y su manera premeditada y alevosa de ensuciar el planeta en aras del supuesto bienestar del pueblo americano). Es más importante un vuelo transoceánico de un pez gordo en su jet privado para irse a las Seychelles a que se la chupen que la vida útil de 75 vehículos que darían servicio a 75 familias toda una vida, aunque el consumo de recursos sea el mismo en ambos casos. Si el egoísmo de la especie humana es innegable, creo que debemos considerar que los dueños de los pozos de petróleo y los políticos que llegan muy arriba no son precisamente la excepción a esta regla…
...y volviendo a esta España nuestra de la pandereta y el ipod...
... claro que con menos presión fiscal habría otros precios, pero ¿sería la solución? Yo creo que ni tan siquiera lo sería a corto plazo. Preguntémonos por qué nos cuesta 1,35 € un litro de gasoil en España, 1,70 en Alemania, y muchísimo menos en otros países en vías de desarrollo, que curiosamente tampoco tienen petróleo propio (e incluso teniéndolo): Pues muy fácil, señores: Porque tenemos ese dinero y ellos carecen de él. Es un mecanismo de autorregulación universal, y además imprescindible. Donde hay pasta, hay impuestos e inflación. Donde no la hay, no hay consumismo y la inflación no ahoga los mercados, básicamente porque no hay mercados. Se relativizan las necesidades para economizar recursos, porque hay otras necesidades y muy pocos recursos. Donde menos tienen, menos consumen y menos les cuesta, y viceversa. Y desgraciadamente, éstos son los platillos de la balanza: para que el primer mundo consuma, y vivamos cómodos en nuestra nube de objetos innecesarios derivados del petróleo y que consumen energía, el tercer mundo sufre y está presionado produciendo dichos recursos. Para que yo me compre un pendrive por 8 euros, ha de haber miles de obreros en Vietnam o China que trabajen en condiciones infrahumanas produciendo millones de pendrives que abaraten el precio de dicho artículo… y con los combustibles pasa igual. Y claro, el primer mundo debe pagar sus excesos y enjugar sus carencias (en este caso, el combustible) a golpe de lo que tiene y los demás no: Talonario.
Desengañaos: el combustible no va a dejar de subir, hagamos las huelgas que hagamos. Porque por definición es un recurso limitado, contaminante y sujeto a “Contrabando de Estado”. Mientras quieran, nos mantendrán en la necesidad y nos seguirán metiendo por los ojos y en el lavado de cerebro diario coches potentes movidos por combustibles fósiles, y el día que les interese, nos cobrarán por sustituirlos por híbridos o eléctricos, y después por la “tasa ecológica de procesamiento de baterías de vehículos”, o por la electricidad para que éstos se muevan, o por el derecho a instalar placas solares en el tejado, o lo que sea que sea el concepto facturable en cada momento. Así ha sido siempre desde los diezmos en la edad media y así seguirá siendo con nuestro modernísimo e igualitario (me parto) sistema fiscal desarrollado de octava potencia económica mundial.
Porque aunque seamos la masa y alimentemos al sistema... nos hemos creado la necesidad de integrarnos en éste, y estamos pillados por los huevos en un ciclo infinito de retroalimentación. No podemos prescindir de nuestros vehículos, no es viable sustituirlos por otros a día de hoy, nos vemos obligados a repostar cada X kilómetros, nos compensa más pagar por desplazarnos que vivir donde trabajamos (donde fuese posible, en otros casos es directamente inviable)… necesitamos calefacción y gas natural en nuestras casas, el plástico está instaurado como el material industrial más abundante, etc etc etc. Es decir, sin petróleo no hay sociedad tal y como la conocemos, y así seguirá siendo hasta que el aire no se pueda respirar, las economías de mercado se vean quebradas, y nos pase como en la fábula y nos demos cuenta de que las piedras no se pueden comer… y mientras, los hijos de la gran puta que se han enriquecido durante generaciones extrayendo y comerciando con un fósil que es de todos, permanecerán fresquitos en sus cámaras hiperbáricas en sus mansiones de super-lujo, tomando bombones Ferrero-Rocher congelados en hidrógeno líquido durante decenios en el colmo del esnobismo.. y los que ocuparán su lugar en el futuro intentarán torear la situación heredada y seguirnos robando, mientras los de a pie nos derretimos por el calentamiento global, las riadas se llevan nuestras casas, y nuestros hijos se mueren de hambre o leucemia por el aire irrespirable. Y todo, porque somos tan egoístas (cada uno de nosotros) que preferimos movernos en nuestro coche, moto o jet privado antes que sacrificar lo que fuese necesario en cada caso para no quemar más gasolina y tener un mundo más justo.
O sea, que por favor: no me enviéis más el fucking power point del boicot a Repsol. No voy a hacerlo, porque no quiero, no puedo y me parece inútil. Aparte de que apenas hay gasolineras de otras marcas en las carreteras que frecuento a diario. Y por el mismo precio, os contaré otro secreto: La enorme mayoría no vamos a la gasolinera ni pagamos por el coche por gusto: es porque nos vemos obligados a ello. Y no, no voy a desplazarme 30 Kms para buscar una gasolinera que no sea de Repsol o Cepsa para seguir una idea peregrina y absurda de un boicot que jamás funcionaría, ni me voy a venir a vivir al lado del trabajo (entre otros motivos porque no me compensa personal ni económicamente al precio al que está la vivienda -otra para agradecerle a Aznar, hoy me ha dado por buscar ejemplos fáciles y comprensibles-)… ni voy a gastarme 30.000 euros en un Toyota Prius híbrido… porque al igual que el jeque árabe y el multimillonario yanqui… soy un egoísta redomado y prefiero mi Audi de segunda mano que consume
Estamos todos enfermos. De egoísmo severo.
Obviamente, el motivo por el que éste (escaso) objeto yace abandonado en un cajón de mi mesa, no es otro que la actividad a la que se dedica la empresa en la que curro actualmente (extracción, fragmentación y entrega de áridos en obra), pero al verlo, me surge una pregunta:
Si ya no se utiliza el cornetín para avisar de las inminentes voladuras, como antes se suponía que se debía hacer para que el personal se pusiese a cubierto de cualquier posible pedrusco volador traicionero… ¿¿¿Con qué se avisa ahora que la corneta ha caído en desuso??? Lo digo porque nunca he escuchado al artillero pegar un grito, ni tan siquiera una vulgar bocina de una excavadora, y el estruendo de mil kilejos de nada de dinamita me suele pillar como a todos, donde le coincida. Menos mal que el equipo de voladura son unos artistas, y no salta ni una arena… habitualmente ;-).