29 de julio de 2009

Un lobo con piel de cordero... chaleco, y sombrero de vaquero


Ilustra estas letras un cartel que luce colgado desde un tiempo indefinido y que no viene a cuento, y que me encontré este sábado en un local muy interesante en Tegucigalpa. En él se habla de un caballerito neo-franquista de todos conocido, que suele pasearse por donde se lo permiten, y en dichos destinos a menudo aconseja a los de su calaña sobre cómo deben hacer las cosas. En este caso, y entre los que le escuchaban por Honduras (el partido Liberal en el poder) figuraba como máximo goleador... Pues sí. Manuel Zelaya. Aquel que de repente ha traicionado su historia, su familia, su ser y sus ideas para mutar a toda prisa en el paladín del comunismo por el pueblo, hondureño en este caso. Saquen sus propias conclusiones sobre el alcance de sus "ismos"... a la vista de los hechos recientes de dicho país.

No he conocido a ningún oligarca que resulte creíble cuando se las da de rojo, y no creo que éste venga a sorpendernos a estas alturas de la película. Eso sí... siempre por el pueblo y para el pueblo... lo suyo y los suyos medraron como si les lloviesen los dólares del cielo. Mi única duda es de dónde sacaron más, si del dinero de los hondureños, o de los petrodólares del amigo de la camisa roja... balance que cada día está más reñido, viendo los escándalos de corrupción entre sus allegados que saltan cada día, las retiradas masivas de sacas de dinero sin controlar de las arcas del Estado, y otros oscuros "affaires" que van viendo la luz poco a poco y que la comunidad extraterrestre se empeña en obviar.

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