4 de agosto de 2009

Análisis de un Mel-odrama

Texto de Juan M. Dabdoub Giacoman (Monterrey, N.L. -México-), que me ha parecido de los más lúcido hasta el momento para describir la situación en Honduras, y que me he permitido retocar desde mi situación de hondureño "de facto" a fin de ampliar algunos puntos importantes en los que se parece que hacía poco énfasis, o bien eran posteriores a la redacción del mismo. Mi única intención con ésto es esclarecer un poco la verdad, con el fin de que al menos fuera de aquí... algún curioso pueda entender un poquito mejor lo sucedido en este hermoso y valiente pequeño país de los dos océanos y los muchos problemas... si es que aún quedan personas en el "primer mundo" con sentido de la justicia... cosa que cada día dudo más a la vista de lo ocurrido y las reacciones, sobre todo, de Norteamérica y España:


Y el mundo se topó con Honduras.

Los soñadores demócratas del mundo -género muy distinto de los idealistas- se han topado con Honduras y parece que están perdiendo la razón al ser sorprendidos por la gran gente de este pequeño país, desatando con su opinión una incomprensible vorágine de lo absurdo contra las decisiones soberanas de los hondureños.

Los ciudadanos de este país centroamericano todavía no dimensionan la trascendencia de sus actos, pues no se han dado cuenta de que en sus manos está el futuro del respeto a la dignidad y a la soberanía de todos los pequeños pueblos de la tierra, y el futuro de las relaciones internacionales tendrá que ser visto a la luz (o a las sombras) que deje la solución del problema hondureño, complicado al extremo por el irracional comportamiento de los grandes actores políticos y mediáticos del entorno mundial.

Para comprender la realidad del caso de Honduras hay que analizar cuatro facetas como único camino hacia un juicio correcto:

  • El origen del problema: El fondo

  • El manejo del problema: La forma

  • La reacción internacional.

  • Las opciones de solución.

El fondo:

Centrémonos sólo en los hechos políticos anteriores al 28 de junio, ya que si nos vamos a los hechos civiles, penales y económicos; no acabaríamos hoy:

El destituido ex-presidente (como debe ser llamado) Manuel Zelaya fue elegido como un presidente conservador, que a mitad de camino cambió de bando (traicionando a quienes habían votado por él) y se convirtió en un populista redentor, ilusionado con emular al adorador de Fidel Castro, Hugo Chávez y sus incondicionales seguidores Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Pero Zelaya olvidó que los hondureños son de otra casta, y al igual que sus compadres del sur, quiso alargar su estancia en la presidencia...

Pero la Constitución Hondureña prohíbe la reelección... y la quiso cambiar realizando un referéndum.

Pero la Constitución hondureña establece que sólo el Congreso de la República puede convocar a un referéndum; y el Congreso se negó a realizarlo. Y aún así lo quiso celebrar.

Pero el Tribunal Supremo Electoral rechazó el referéndum; cuando éste era en todo caso el único órgano competente para celebrarlo. Entonces Zelaya ordenó a las Fuerzas Armadas tomar el proceso de la consulta, por aquel entonces, ya declarado ilegal.

Pero las Fuerzas Armadas le advirtieron que ellos tenían la obligación de obedecer primero a la Constitución y después al Presidente, por lo que rechazaron la orden por inconstitucional. Por lo tanto, Zelaya decidió destituir al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Romero Vásquez. Ése mismo día los generales de los tres ejércitos anunciaron su subordinación a la ley y que de ser destituido el jefe del Estado Mayor, ellos se solidarizarían con el destino de Romero, ...aunque se mantenían siempre a las órdenes del órgano designado por el pueblo: el Congreso.

Pero la Corte Suprema declaró ilegal el despido y ordenó la restitución del General Vásquez. Zelaya desconoció la órden y en un acto irresponsable y temerario a todas luces, lideró una turba de seguidores e invadió las instalaciones militares de la Fuerza Aérea, donde estaban resguardadas las urnas de la consulta ilegalizada por todas las autoridades del país, que habían sido impresas y enviadas desde Venezuela.

Pero los MILITARES con mayúsculas hicieron gala de una enorme prudencia, y dejaron a la turba saquear sus instalaciones; evitando con ello una sóla gota de sangre provocada por Zelaya. Éste seguía con sus planes, y el recuento de los votos lo realizaría una compañía contratada por el mismo presidente. Juez y parte, se define esta situación.

Pero además, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos u Ombudsman sumó su opinión a las ya expresadas, declarando que el referéndum era inconstitucional. Opinión que Zelaya, obviamente, también despreció.

Pero el Congreso, a través de una comisión multipartidaria (incluído el partido de Zelaya) había iniciado ya una investigación al presidente, la cual concluyó que éste había violado las leyes, y pidió al Parlamento que declarara a Zelaya incompetente y le iniciara un procedimiento legal.

Y bien... ya son suficientes peros para cualquier ciudadano de cualquier país, y muchos más si éste es el presidente... colocado en dicho puesto por los votos del pueblo y tras jurar la Constitución...

...que en este caso -y se cita textualmente- reza en su artículo 239: “El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública”.

Esto significa que, constitucionalmente, al momento de ser detenido por el Ejército en su residencia, Manuel Zelaya ya no era presidente de la República de Honduras, sino un ciudadano cualquiera. Más claro, agua.



El manejo del problema: La Forma.

Sacar a un ciudadano de su casa en pijama (sigo dudando dicho punto, ya que al menos las tarjetas de crédito con las que se gastó una fortuna del dinero de los hondureños en los días siguientes, sí se las llevó) a las 5 de la mañana, aún y con una orden judicial, no son maneras. Y menos cuando dicho señor cree que todavía es el Presidente de la nación.

Pero en todo caso, el pecado de los militares hondureños es más de estética que de ética, ya que al parecer sí hubo una violación grave a las leyes hondureñas cuando dicho ciudadano Zelaya fue sacado del país y llevado a Costa Rica (todavía en pijama tras hora y media de vuelo, según él proclamaba). Pero la pregunta es... ¿Más grave que qué...? ¿Que toda la serie de violaciones previas a la constitución y a las leyes realizadas por Zelaya? ¿Más grave que servirse de los recursos del Estado para sus fines, llegando incluso a no tener un presupuesto para 2009 y que así nadie fiscalizase sus desmanes?

¿Que por qué intervino el Ejército en su detención? ¿Es que habría alguna diferencia si lo hace la policía y lo deportan funcionarios de Aduanas? (Pregunto).

El fundamento jurídico de la destitución de Zelaya está plenamente comprobado y es innegable. Podremos entonces dudar de que los procedimientos seguidos para destituirle hayan sido o no los correctos, pero de lo que no puede dudar nadie que conozca el caso es de lo positivo del espíritu que motivó dichas acciones.

¿O es que había tiempo para la ortodoxia judicial después de la experiencia vivida horas antes con la toma violenta por parte de Zelaya y su gente de instalaciones militares de la Fuerza Aérea Hondureña? ¿Era prudente poner en riesgo una sóla vida de un sólo hondureño, deteniendo al ex-presidente en tierras catrachas para que sus seguidores trataran de rescatarlo violentamente? (y en este punto se debe tener muy en cuenta, como se demostró el día 5 con la violación del espacio aéreo hondureño por un avión militar venezolano en la operación “Enjambre de Abejas”, a su padrino Hugo Chávez y sus conocidos métodos y medios).

Siguiendo dicho razonamiento aducido por los paladines de la democracia... podemos decir que es de cobardes atacar a alguien por la espalda (o tomar al enemigo por sorpresa, o incluso golpear primero)... pero resulta que si sorprendemos a alguien armado violando a nuestra hija, lo correcto es siempre darnos un paseo para entrarle de frente, avisando además de nuestra presencia, para que pueda defenderse y así pegarnos un tiro, ¿no?. Pues ésta es la base de la manipulación informativa manejada por muchos Gobiernos y medios de comunicación, hasta el día de hoy.

Al grito de ¡Golpe de Estado! ¡Los militares otra vez! ¡Todos contra Honduras!... los que buscan colgarse una medalla a costa de los hondureños han armado un tango tan ridículo que no soporta ningún debate serio. Y así, los maestros de la manipulación informativa han elegido centrarse en la forma y menospreciar el fondo del problema y Gobiernos y medios como Chávez News Network (vulgo CNN) están más preocupados por los pijamas de Zelaya, de porqué fueron los soldados y no la policía quien lo sacó de su casa y de porqué lo mandaron a Costa Rica (preocupaciones que rayan en la estupidez) frente a otras “cuestiones banales” como por ejemplo las graves violaciones constitucionales y otros delitos de Zelaya o los graves riesgos de haber actuado de forma diferente.

Coloquialmente... han decidido comerse la cáscara y tirar la banana.


La reacción internacional

El conflicto hondureño tiene más trascendencia de lo que se cree: cuando un problema soberano de una nación pasa a ser el quehacer diario de cualquier presidente o líder de opinión de otra nación, el mundo está en graves problemas. No es la primera, ni será la última vez en que toda una cadena de desinformación y de presiones políticas y económicas caen injustamente sobre un pueblo que no quiere pasar a ser esclavo de una tiranía.

Cuando todavía se escucha a políticos y medios de comunicación decir que “Zelaya fue derrocado por los militares” o “El golpe de Estado ocurrido en Honduras”, me embarga la curiosidad científica de entender el porqué se intentan mantener en el ridículo de esta mentira insostenible: Éste es el gran peligro para la humanidad que ha desvelado Honduras, y es que demasiados grandes actores de la política internacional han fallado gravemente en su deber ético de conocer y apoyar la verdad. Violaron, incluso, el principio más básico de la justicia: el del derecho de audiencia al “acusado”... y así pudimos ver cómo numerosos presidentes y órganos internacionales se lanzaron apresurada y patéticamente a sumar sus gargantas embravecidas a la acusación sin haber escuchado a las dos partes: Honduras y los hondureños: culpables. Zelaya: Inocente. Parece que llueve.

Aunque no creo que debamos extrañarnos; éste es el ejemplo que viene dando la ONU desde hace decenios: en la institución más antidemocrática del mundo, aunque el planeta entero esté de acuerdo, si los dirigentes de alguna de las cinco naciones con derecho a veto piensan los contrario... pues eso. Ajo y agua.

Pero en el caso hondureño, la OEA y su secretario General, José Miguel Insulza, son excelentes ejemplares de ésta amenaza a la soberanía de las naciones, porque:

    • Lo primero que debería haber hecho la OEA es no tomar partido de antemano en el pleito, teniendo además bien claro que la legitimidad democrática de un país se asienta en los tres poderes del Estado, no en las masas de la calle. Que además, en este caso, no eran masas sino turbas minoritarias, sectoriales, armadas y beligerantes... cuando no extranjeras.

    • Insulza y la opinión de la OEA vienen marcadas por declaraciones de dicho presidente en las que, afirmaba en 2007 en el Foro de la Economía en España, que aparte de su admiración por Fidel Castro, el régimen cubano es legítimo y calificó de error tratar de imponer soluciones democráticas a la isla... o el hecho de que 21 de 34 votos de dicha organización están en la órbita de Chávez y sus petrodólares...

    • Dicha organización, en cuyos estatutos figura entre otros el punto de que ninguna nación no democrática podrá integrarse... invitó en mayo a una dictadura militar que lleva 50 años en el poder (Cuba) a formar parte del su estructura... y en junio suspende a un país democrático con todas sus instituciones gubernamentales, políticas, sociales, religiosas y judiciales vigentes y operando libremente (Honduras)

    • No vayamos a creer que esta hipocresía es única en la OEA, no... la comunidad internacional se ensaña con Honduras frente a un problema interno carente de violencia, pero no ha respondido así, ni por mucho, ante hechos recientes como la invasión de Rusia a Georgia, las elecciones de dicho país, las continuas amenazas con misiles de Corea del Norte, o la negativa de Irán de suspender su plan nuclear o de permitir su supervisión internacional; o el reciente problema surgido en sus elecciones presidenciales, donde muchos acusan de un “golpe de Estado” a través de un fraude electoral y la violenta represión que ya tiene a más de dos mil personas en la cárcel... o por citar más hechos sin importancia... la matanza de decenas de musulmanes Uigures en china, incluyendo mujeres y niños.

¿Es incongurencia o cobardía disfrazada de prudencia?

Álvaro Vargas Llosa decía hace unos días “La OEA, conducida por Insulza, de quien me precio de ser amigo, ha actuado como un verdadero perro faldero de Venezuela”. “Su actuación ha sido claramente prepotente e injusta; al inicio de la crisis, Insulza fue a Honduras no a dialogar, sino a dar un descarado e ilegal ultimatum al nuevo gobierno legalmente constituido”.

Un periodista mexicano enviado a Honduras reportó que durante esta visita, “evitó contactos con el gobierno de facto en las poco más de 10 horas que estuvo aquí, aunque sí se entrevistó con dirigentes políticos y de la resistencia zelayista”.

Por otra parte, el ministro español de Exteriores, el ínclito Moratinos, vino la semana pasada a firmar acuerdos energéticos con Venezuela que le aseguran a España el crudo ante futuras carestías de oro negro... y al día siguiente, en el colmo de la sinrazón, anuncia que el Reino de España no reconocerá a ningún gobierno surgido de unas escrupulosamente legales futuras elecciones en Honduras, por muchas garantías que en éstas se tomasen. Y yo le preguntaría a dicho señor, si tuviese ocasión... ¿Dónde estaba usted cuando las elecciones de Irán? Y es que deduzco entonces que para él sí fueron del todo democráticas, tanto como respetuoso es con el derecho a la libre expresión (y otros de los fundamentales) su "amigo" Hugo Chávez un día sí y otro también. Si es que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.

El embajador americano, Hugo Llorens, se ha negado a reportar a su país la abundante documentación que el Gobierno hondureño le hace llegar desde el 28 de junio, pero sin embargo ya se ha acercado a Nicaragua a entrevistarse con Zelaya en sus “campamentos de adoctrinamiento guerrillero”. Donde por cierto, mientras se sacaban la foto sonrientes, la oposición nicaragüense se concentraba para pedir el cese de acciones violentas desde su territorio nacional... cosas de las que el gobierno norteamericano no parece enterarse, porque siguen preocupados en retirar visas diplomáticas a funcionarios de la rectitud comprobada del Defensor del Pueblo hondureño, D. Ramón Custodio... por decir que en Honduras no se coartan las libertades ni se vive en estado de sitio. A lo que el Ombudsman respondió “Que se la queden, yo uso Credomatic. Nadie me va a chantajear, no soy un corrupto ni un narcotraficante”.

La incompetencia de Insulza fue la que hizo que la comunidad internacional tuviera que recurrir a los oficios del Presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, como mediador de la crisis... mediación que la delegación de Zelaya, (integrada plenamente por personas denunciadas por corrupción y abuso de poder en su país) se negó a continuar con la excusa de que ninguna solución que no regresase a Zelaya al poder les sería válida.

Éste comportamiento de la OEA, que la acerca más a un tribunal que a un órgano político intenacional, al intervenir directamente en los asuntos internos de un país, le hace dejar de ser un organismo internacional, para convertirse en un órgano supranacional, que está por encima de la soberanía de cualquier país, y esto es mucho más grave aún que todo lo hecho por Zelaya, amén de sentar un peligrosísimo precedente para la comunidad internacional, y principalmente, para los países más débiles.

Y precisamente este último punto es el que más importancia tiene, ya que si las sanciones hacia Honduras permanecen, se estará legitimando la intervención de cualquier órgano internacional -o de cualquier país- en las decisiones internas y soberanas de cualquier otro. Ésto es la antítesis de la ética: la verdad por consenso.

Las opciones de solución:

Aunque con ligeras variantes, tenemos dos opciones claramente diferenciadas:

A. Se le permite a Zelaya que regrese al poder.

B. Se mantiene el actual gobierno de transición hasta las elecciones de noviembre y se produce la toma de poder del nuevo gobierno en febrero de 2010.

La solución a esta disyuntiva, que conociendo las premisas previas, la podría resolver un niño de primaria, parece que les está vedada a los sesudos estadistas y secretarios de algunos organismos internacionales... Veamos:

Opción A: Zelaya regresa al poder. Ésto es lo que se encontraría:

  • El Congreso de la República de Honduras: Lo rechaza en pleno.

  • La Suprema Corte de Justicia: Lo rechaza y dicta orden de busca y captura.

  • El Fiscal General de la Nación: Lo rechaza y acusa de múltiples delitos.

  • Las Fuerzas Armadas: Lo rechazan.

  • El Tribunal Supremo Electoral: Lo rechaza.

  • Las Iglesias Católica y Evangélica (por primera vez unidas): Lo rechazan.

  • La iniciativa privada: Lo rechaza, organizándose incluso para resistir bloqueos o situaciones de transición.

  • El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos: Lo rechaza.

  • Su partido político (El Partido Liberal): Lo rechaza.

  • Los hondureños en su enorme mayoría: Lo rechazan.

En resumen... la vuelta al poder de Manuel Zelaya, de producirse, sería sólo violentando todos los poderes de Honduras... y todo ello para cinco meses. ¿¿¿¿¿Por qué su insistencia en volver al poder, entonces?????

Opción B: Sería seguir las leyes y Constitución de Honduras, una vez más, al pie de la letra.

En resumen:

Ojalá que el “teatro” del regreso a territorio hondureño de Manuel Zelaya desde Nicaragua -una pantomima de carácter mediático calificada de imprudente por todos, incluso por la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton- pudiera servir (si éste se enfrentase a las múltiples acusaciones políticas y judiciales que tiene en Honduras) para que el mundo conociera un poquito mejor la personalidad de aquel que empezó rodeado de presidentes y ahora ni Daniel Ortega lo acompaña (la oposición “se lo está comiendo”); y anda montando campamentos con el ex guerrillero Edén Pastora... mientras la ex-primera dama amaga entre un “el régimen golpista no me deja reunirme con mi marido” y un “ah, no, si me ponen un avión o me llevan escoltada por tierra para reunirme con él con todas las garantías, entonces no quiero ir y verlo con Patricia Rodas”.

Y sobre todo... ojalá que los pueblos del mundo -ya que la mayoría de las instituciones internacionales parecen no tener solución- aprendan algo de lo sucedido en Honduras, y a partir de ahora, controlen un poquito más a sus gobernantes cuando éstos se emborrachan de poder.

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