Ya en Honduras, como ilustra la foto que precede a estas líneas, y cuando se cumplen 10 años de la llegada a estas tierras del devastador Mitch, lo único hasta el momento que me merece la pena comunicar desde este lado del charco es el hecho de que la depresión tropical 16, que ha azotado a este país desde hace algunos días, parece que al fin se retira, dejando tras de sí un rastro de daños y devastación, que aunque no es comparable a aquellas lluvias, sí ha resultado muy dañina en cuanto a los problemas que está causando aún: cortes de luz, de agua, derrumbes, inundaciones y otros accidentes que se han llevado algunas vidas y graves daños materiales,... y es que al perro flaco, todo son pulgas.
Y aunque en Tegucigalpa y otros lugares los problemas no están siendo demasiado graves, sí que resulta incómodo el saber que cuando ocurren estas cosas en países en vías de desarrollo, la mayor parte de las veces en nuestro cómodo y cálido primer mundo (sí, el de las crisis económicas y tal) la cosa no pasa de unas breves notas de prensa en el mejor de los casos, cuando no de un total desconocimiento... mientras que en el lugar en el que no deja de llover, como en este caso, un socavón en la carretera como el que en esta foto observa Mel Zelaya (el presidente del país) constituye un enorme problema que puede incomunicar a amplias zonas, dejar a miles de personas sin agua o combustibles, y en algunos casos tardar semanas en ser reparado, debido a la precariedad de las infraestructuras y a la pésima distribución de los recursos y a la pasividad de las clases dirigentes, que, como ocurre ahora mismo en Honduras, están mucho más preocupados de las próximas elecciones que de los verdaderos problemas de la población. En fin... a lo que iba: Que parece que mejora el tiempo de una vez en Honduras.
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