28 de mayo de 2009

Zapatero, Gates, Stallman y yo.

Aunque me puedan parecer populistas los modos e inadecuada o poco aprovechable la manera elegida para hacerlo, no estoy en contra de la medida anunciada por nuestro ínclito presidente del Gobierno de dotar de ordenadores portátiles a nuestros mimados niños de quinto de primaria, y menos de dotar de Wi-fi a los centros de estudio, o imponer la actualización del profesorado a las nuevas tecnologías en la docencia. Pero vamos a mirar un poquito más allá:

Mucho me extrañaría (o lo veo casi imposible) que dichos ordenadores no llevasen sistemas operativos de Microsoft, con su licencia pactada con fabricantes de hardware y sus acuerdos consiguientes con el Gobierno Español -que no son los primeros, siempre hemos sabido que nuestros actuales socialistas aparcan sus creencias cuando "la bolsa sona" (trato de favor a Microsoft, p.ej) o cuando hay favores que pagar (SGAE, cantantes y actores rojeras, etc, p.ej.).


Y al hilo de esta suposición, tras el anuncio de la medida, y coincidiendo con una reunión entre ambos, Bill Gates se deshacía en elogios hacia ZP, y ambos nos contaban las maravillas que planean para erradicar la malaria en el tercer mundo con el 15 por ciento de no sé que ingresos de Microsoft (su habitual porcentaje de caja para lavarse la cara). Pues en mi opinión -y saliendo al hilo de las declaraciones de Richard Stallman, gurú del software libre y que no se hicieron esperar- ...todo ésto huele a muerto asquerosamente; y esa foto de los dos juntitos tan sonrientes, aparte de que me da repelús, le hace tanto daño a nuestros bolsillos y sobre todo a los del tercer mundo, como beneficio le reportará a las arcas de Microsoft, la empresa con el monopolio más veces sancionado y condenado de la historia moderna, porque... entérese (que digo, si ya lo sabe) señor Presidente, de que

- Es indecente que el software de dichos equipos nos cueste un sólo céntimo a los españoles, cuando disponemos aquí de la tecnología para prescindir de Windows (será posible que aún no hayan aprendido de Extremadura y su Linux Guadalinex), o incluso se pueden instalar distribuciones de software libre diseñadas especialmente para el caso y ya existentes, como Edubuntu, y adaptarlas si fuese necesario a nuestro caso particular con un coste ridículo.

- Es indecente que Microsoft dedique dicho 15% a ayudar en el tercer mundo, y previamente, a los gobiernos de dichos países y empresas que allí operan, les esté cobrando el 100% de sus licencias de software, para devolverles unas migajas; y todo ello, hecho con prácticas monopolísticas y mafiosas mil veces demostradas.

- Es asquerosamente indecente que las Administraciones y las empresas continuamente sofoquen cualquier intento de desarrollar y popularizar las nuevas tecnologías cuando dichos intentos van encaminados a que los menos favorecidos -ya sean países o personas- puedan disfrutar de ellas; y si alguien quiere ejemplos, tenemos los mini-portátiles, que fueron reconvertidos de solución barata para el tercer mundo... a ser una nueva necesidad para occidente, en forma de cucadita de alta capacidad, o en un caso mucho más doloroso... que se cuenten con los dedos de una mano los países que no pagan a Microsoft por las licencias de los equipos informáticos de sus Administraciones y Gobiernos.

Por todo ello, y algunas experiencias del pasado, te voy a decir una cosita, ZP:

No me fío. No me fío ni de ti, ni de los tuyos, ni de los otros. Por el simple motivo de que aunque nosotros os subimos ahí con nuestros votos... son otros muchos más poderosos los que os pagan las nóminas... o los trajes.

Y por si alguien aún duda de lo que puede hacer un ordenador (casi cualquiera, que nadie crea que necesitaremos una máquina muy moderna) con software libre hoy día, y al alcance de cualquiera... os dejo este video -que se ve mejor a pantalla completa- grabado ayer mismo de lo que da de sí mi Ubuntu 8.10, con el organizador de ventanas Compiz Fusion en mi viejo Dell Inspiron 6000... que por cierto... no soportaría, por hardware, la instalación de Windows Vista. Hasta la idem.


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